La herramienta más importante del golf no ha parado de evolucionar para ayudar a mejorar el juego, reduciendo su peso y aumentando su precisión.

Hablar de los palos de golf es adentrarse en los orígenes más profundos de este deporte, ya que en realidad es la propia historia del golf en sí. La esencia del golf. Conocer su evolución, sus cambios estéticos y la funcionalidad que han ido aportando a todos los golfistas durante todo este tiempo.

Se tiene constancia de que los palos de golf en Escocia, en el siglo XV, estaban hechos de madera. La cabeza era muy pesada y el grip estaba recubierto de piel de animal o de gamuza. Se conocen estos datos porque en dos actas del Parlamento Escocés hubo dos menciones.

Los palos de golf más primitivos fueron creados en base a la madera que había en su entorno. No existía unos parámetros establecidos en esa época porque aún el deporte estaba en fase de expansión, aprendizaje y de conocimiento.

Más tarde, alrededor del año 1700, se incorporaron los palos de metal, en principio como herramientas adicionales para realizar jugadas especiales, pero que poco a poco, fueron sustituyendo a los palos de madera de cabeza alargada.

Hasta 1800, los palos que se usaron eran casi exclusivamente maderas. Se solían emplear hierros cuando la bola estaba en una posición mala en la que se pudiera dañar una madera.

No obstante, los palos de golf primitivos o también conocidos como palos Long nose, son considerados como tal hasta el año 1870 aproximadamente.

La madera de nogal de Estados Unidos era el material preferido para las varillas debido a su buena durabilidad. El diseño de Willie Wilson causó muy buenas sensaciones con cabeza de latón sencilla y delgada y un grip de piel de oveja acolchada.

Con el tiempo, nuevos materiales se han incorporado a la fabricación de los palos de golf, reduciendo su peso y aumentando su precisión en el campo.