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Las lesiones más frecuentes en el golf

El golf suele ser considerado un deporte poco agresivo y que cualquier persona puede realizar. Aunque se trata de un deporte de bajo impacto y en el que el trabajo aeróbico es suave, presenta una gran complejidad técnica que se relaciona con la aparición de diferentes lesiones.   

El golf suele ser considerado un deporte poco agresivo y que cualquier persona puede realizar. Aunque se trata de un deporte de bajo impacto y en el que el trabajo aeróbico es suave, presenta una gran complejidad técnica que se relaciona con la aparición de diferentes lesiones. 

El golpeo o swing implica un movimiento coordinado que implica a múltiples grupos musculares y articulaciones. El dominio de la técnica se obtiene mediante la repetición del gesto deportivo, y su adaptación a las diferentes situaciones en las que se puede dar.  

En los últimos años se han incrementado en gran medida el número de licencias amateur de golf. La complejidad técnica debería ir acompañada de una gran cantidad de horas de entrenamiento para poder realizar los gestos técnicos de manera correcta y evitar así las lesiones. Sin embargo, en el ámbito amateur resulta difícil tener tiempo para realizar tantas horas de entrenamiento. Esta suele ser la causa principal de las lesiones en el golf, que suelen tener como consecuencia el sobreuso de la zona lesionada, más que un traumatismo. La presencia, además, de patologías previas puede aumentar la incidencia de las lesiones. 

A continuación, describimos las lesiones más frecuentes en el golf: 

·      Lumbalgias: El swing, ya sea utilizando la técnica clásica o la moderna, va a suponer una torsión de la zona lumbar en un sentido durante el Backswing y en sentido contrario en el Downswing y el Follow-through. Ese movimiento de torsión lumbar debe ir acompañado de las articulaciones adyacentes para evitar que toda la carga recaiga en la columna lumbar. Un defecto en la técnica, la presencia de patologías en articulaciones como la cadera, la rodilla o el hombro, o un déficit en el control motor y la estabilidad muscular de la columna lumbar puede desencadenar en una lesión de la columna lumbar. 

Además, resulta importante la posición adoptada durante el Stance. La inclinación del tronco necesaria para acercarnos a la bola debe realizarse desde una flexión de la articulación de la cadera, manteniendo la columna lumbar en una posición neutra. Un error muy común es que la inclinación se realice mediante la flexión de la columna lumbar, lo que está relacionado con mayor incidencia de lumbalgias. 

·      Tendinopatía del manguito rotador: En las diferentes fases del swing se produce un amplio movimiento de ambos hombros. El golpeo de la pelota requiere de una gran estabilidad y control motor del hombro, por lo que un déficit puede ser la causa de una lesión en el manguito rotador. Sin embargo, la mayor parte de las lesiones se producen por fallos al golpear el césped o no dar a la bola. Se prepara a la musculatura para una situación concreta y, ya sea por la resistencia del césped o por no golpear a la bola, esa situación cambia de manera brusca pudiendo provocar una contracción excesiva de la musculatura y, como consecuencia, una lesión tendinosa. 

·      Epicondilitis y epitrocleitis (Codo de golfista): Las sesiones en el codo suelen ser consecuencia de una mala técnica al realizar movimientos excesivos de prono-supinación del antebrazo para centrar la cabeza del palo. Suelen ser consecuencia de la repetición de malos gestos técnicos que acaban generando un sobreuso de la musculatura y una lesión en el tendón de inserción de los músculos epicondíleos (Cara lateral del codo) o epitrocleares (Cara medial del codo). 

 

·      Tendinopatías y fracturas en la muñeca: las lesiones más frecuentes de la muñeca son la tenosinovitis de Quervain, que es el resultado del sobreuso de la musculatura extensora del pulgar por el agarre del palo. También se producen en ocasiones fracturas del escafoides. Ambas lesiones suelen verse en profesionales más que en jugadores amateurs. 

·      Lesiones de rodilla y cadera: son lesiones menos frecuentes, pero cuando se producen suelen relacionarse con sobreuso y, como siempre, con malos gestos técnicos. Lesiones previas, como lumbalgias, pueden provocar que se sobrecargue la cadera o la rodilla como compensación. Por otro lado, pueden ocurrir lesiones meniscales de rodilla o degenerativas en la cadera por los gestos repetitivos y la marcha prolongada. 

Resulta determinante el tratamiento de las lesiones que aparezcan como consecuencia de la práctica del golf ya que, al tratarse de un deporte con un gesto técnico tan importante y repetitivo, éstas pueden agravarse o dar lugar a compensaciones que acaben produciendo lesiones en otras regiones. 

La prevención mediante el entrenamiento del gesto técnico y la realización de ejercicio complementario de fuerza puede ayudar a evitar las lesiones que hemos comentado. 

Artículo proporcionado por Clínica DKF, nuestro partner médico.

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