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En la mente de un golfista

Concentración, calma y confianza, es el triunvirato vencedor en el golf. La diferencia entre una buena tarjeta o una mediocre, más que la fuerza o la maña, es la capacidad de concentración.   Es enormemente difícil mantener el mismo grado de concentración durante las 4 o 5 horas que se suele tardar en jugar 18 hoyos. Desconcentrarse en un momento determinado de la vuelta, aunque no es lo deseable, es algo normal. 

Concentración, calma y confianza, es el triunvirato vencedor en el golf. La diferencia entre una buena tarjeta o una mediocre, más que la fuerza o la maña, es la capacidad de concentración.

 

Es enormemente difícil mantener el mismo grado de concentración durante las 4 o 5 horas que se suele tardar en jugar 18 hoyos. Desconcentrarse en un momento determinado de la vuelta, aunque no es lo deseable, es algo normal. 

Lo importante es que cuando se pierde la concentración ser capaz de reenfocar la atención a lo que toca en ese momento y lo antes posible.

 

En un swing de golf, que dura apenas décimas de segundos y que puede alcanzar velocidades de más de 100 km/hora, implica la coordinación de 124 músculos, un 25% de los que poseemos. El aquí y el ahora son vitales en el golf. Conectarse con nuestros sentidos y liberar la mente de todo aquello que pueda obstaculizar una buena ejecución, concentrados y enfocados para poder lograr nuestros objetivos y disfrutar del juego.

 

No pensar en el resultado durante el partido. Cuatro pensamientos de resultado suponen un golpe más en tu tarjeta. Concentrarse en que la bola vuela y sigue volando hasta parar cerca de la bandera y el putt entra. Vivir el momento presente sin adelantar acontecimientos.

 

Para muchos la diferencia entre un buen jugador y un jugador excelente se encuentra simplemente en la capacidad de concentración que muestre cada uno de ellos: un golfista que sea capaz de mantenerse totalmente centrado en el juego a lo largo de todo el recorrido tiene mucho camino andado en la consecución de un buen resultado. De hecho, todos hemos visto como las principales figuras del golf perdían torneos importantes por falta de concentración en la última jornada.
 

Según los expertos, la concentración funciona en forma de picos: así lo habitual es que al principio del juego la concentración sea baja, yendo en aumento a medida que avanzamos en el recorrido; alcanzará su punto máximo a mediados del juego (allá por el hoyo 8 ó 9), para después descender en picado.

 

Lo cierto es que mantener la concentración resulta realmente difícil de conseguir, puesto que son muchos los elementos que actúan en nuestra contra: el compañero, el público, la lluvia, ese pájaro… pero, ¿quién dijo que el golf era sencillo?

 

Federación de golf de Madrid, golf para todos.

 
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